El 18 de
febrero del 2016 tuve la necesidad de dirigirme al edificio de registro y logística
y pude notar en la cola por la que tuve que pasar que cada persona tiene ideas
y pensamientos diferentes.
Hablando de
las personas de la fila, había un par en particular que me llamo mucho la atención,
una pareja de “enamorados” quienes entre risas, besos y abrazos, demostraban su
amor y conversaban sobre su relación y actitudes por parte del novio. La novia divagaba sobre varios temas hasta
que se tocó el punto de la adicción al alcohol en el novio, ella le decía que
no le gustaba que él tomara y él le decía que no le gustaba beber solo y le
comentaba que llevaba una semana de no beber y ella le dijo “Que gran avance” y
él le respondió que un día ya e
ra una gran Azaña, tal vez no puedo entenderlo
porque yo no ingiero ese tipo de bebidas y me parece ciertamente tonto el
vicio.
Dejando de
lado a los enamorados, en adentre para hablar con la señorita que me atendió,
ella de forma muy amable me hizo sentir cómodo y sobre todo logre notar que en
ella el trabajo era algo bueno y no una tortura como algunos lo pintan.
Al finalizar
mi procesos en el edificio, cansado, corrí al M2 para culminar el proceso y la
secretaria muy sonriente me atendió, ya en más de una ocasión había hablado con
ella pues por malas indicaciones un proceso tan sencillo como el que necesitaba
se hizo extremadamente complejo, ella finalizo mi travesía, corrí lo más rápido
que pude hacia el edificio bienestar estudiantil y justo en la entrada logre
alcanzar a una hermosa señorita y es que a pesar de haber visto un sinfín de
personas ella capturo mi atención, con su pantalón azul y blusa roja caminaba
con un cuaderno en la mano, parecía muy confiada de sí misma y al cruzar
nuestros caminos me regalo una sonrisa para culminar esta narración feliz de
haberme cruzado con ella y terminar con broche de oro esta travesía y corre
correo en la USAC.
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